Publicaciones

Una vida de Zinc, El bar, el vínculo social que nos une

Escrito por Josette Halegoi y Rachel Santerne

Fotos de Fabrice Dimier

Prefacio de Vincent de Gaulejac

Ediciones Le Cherche-midi

Prefacio de Vincent de Gaulejac

“Una ciudad sin bares es una ciudad sin encuentros”, dice Bernard Frank. Como sugiere el título, estas palabras ilustran perfectamente el objetivo de este libro, que nos lleva a conocer a los dueños de estos bares. Contrariamente a muchas ideas preconcebidas, este paseo nos lleva a través de una galería de retratos que ilustran la pluralidad de trayectorias “hipermodernas”, donde la reproducción social se ve desafiada por caminos singulares y atípicos. Entre la inserción profesional y la revancha social, entre la fidelidad a los orígenes sociales y la ruptura de las transmisiones, entre el modelo empresarial y la huida de la rutina de un trabajo poco gratificante, entre la reconversión profesional y el trampolín para el éxito futuro, las opciones para establecerse como propietario de un bar son múltiples y variadas. No existe un modelo único, sino un conjunto de itinerarios que influyen en la manera de vivir, cultivar, construir y reinventar cada vez esta función social. Porque tener un bar no es sólo una actividad comercial, ya que el bar es una verdadera institución social, creadora de vínculos y de convivencia”.

Los bares son lugares de encuentro para hombres, en su mayoría, pero también para mujeres y parejas. Cristalizan una manera de “hacer sociedad”. Son, en parte, la sociedad en su conjunto, retomando una expresión de Edgar Morin a propósito de la complejidad, cuando nos dice que el todo está en la parte. Los bares son la encarnación de una multitud de pequeñas sociedades que se inventan cada día. La gente viene aquí a compartir sus emociones, sus esperanzas, las vicisitudes de la vida cotidiana y las grandes ideas para cambiar el mundo.

Como “creador de vínculos sociales”, el bar es un lugar especial, un intermediario entre las esferas pública y privada. Abierto a todos, es para muchos un lugar familiar donde se forjan relaciones únicas que se distinguen de otras relaciones, ya sean familiares, amistosas o profesionales, por ser a la vez efímeras y continuas, episódicas y cotidianas. Las personas intercambian emociones y opiniones, a veces confidencias, con otras personas, conocidas y desconocidas, en una intimidad abierta, un marco protector, una familiaridad anónima, que ofrece libertad de expresión. Representa un espacio único de transición, un refugio frente a las tensiones familiares o profesionales; un “segundo hogar” para complementar y abrir el espacio familiar, un lugar donde respirar un poco antes de volver al aire a veces confinado de los espacios domésticos; pero también una “casa comunal”, donde se tratan los asuntos de la ciudad, un lugar donde ejercer la ciudadanía informal, el lugar primordial de la vida democrática. Es un lugar donde la gente puede debatir a su antojo los asuntos del mundo, enredarse en interminables discusiones políticas e inventar mil conjugaciones para los asuntos del día. El bar es una prolongación delnoticiero, ofrece una repetición inmediata de las noticias que serán comentadas en directo, evaluadas y sopesadas en una cacofonía a menudo vigorizante que combina la inteligencia del sentido común con la demagogia más estrafalaria.

El bar es uno de los fundamentos institucionales de la sociedad. Sin pretensiones ni formalismos, encarna una función social indispensable en varios niveles. Es un lugar donde la gente puede aliviarse y curar las pequeñas y grandes heridas de la vida. Es un lugar donde compartir la amistad, proteger los amores clandestinos y albergar los encuentros fugaces. Es un lugar que recibe e integra a los heridos de la vida, a los excluidos que no tienen otra “patria”, a todos los “sin algo” (papel, casa, afecto, familia, trabajo…). Por último, es un lugar de encuentro, una prolongación del club,la escuela, la municipalidad y/o la iglesia, donde se pueden celebrar algunas ceremonias laicas y organizar fiestas colectivas.

Al ser un lugar plural, multifuncional y polisémico, exige unas habilidades y cualidades únicas a quienes lo gestionan. Dirigir un bar no es sólo dirigir una empresa, desarrollar un comercio, hacer negocio atrayendo al mayor número posible de clientes. Significa sobre todo ocuparse de un mundo, ocuparse del mundo: acoger, discutir, acompañar, reenfocar a los que se desvían, escuchar a los que necesitan hablar, regular los intercambios más o menos acalorados, recibir confidencias, animar los ambientes, armonizar las expectativas diversas, pero también saber restablecer el orden cuando los ánimos se caldean. El bar es un espacio de vida donde el propietario es el garante, el líder, el animador, el inspirador. Para esto no hay más formación que la escuela de la vida. No hay un marco de referencia fijo para las aptitudes, más allá del gusto por trabajar con y para la gente, cierto afán por el trabajo y no buscar ganar tiempo.

El libro de Josette Halegoi y Rachel Santerne nos introduce en un mundo poco conocido. Descubrir una profesión a través de las historias de vida de quienes la ejercen es un enfoque valioso. Tanto más cuanto que el método elegido por las autoras es completamente nuevo. Invitaron a unos veinte dueños de bar a trabajar durante tres días sobre su historia familiar y su trayectoria social. Los grupos se dedicaron a explorar individual y colectivamente la historia de cada uno, sus orígenes familiares, sus elecciones y rupturas vitales y su trayectoria profesional. El objetivo es explorar el vínculo entre los factores objetivos y sociales, por un lado, y los subjetivos y personales, por otro, en la elección de esta profesión. Hubo que propiciar circunstancias muy especiales para que estas personas aceptaran hablar de sí mismas de esta manera, a menudo con gran emoción. “En esta profesión, hablar de uno mismo no es habitual. Escuchamos a los demás, pero no nos abrimos mucho”. El enfoque adoptado por las autoras resulta pertinente. Revela motivaciones insospechadas, trayectorias profesionales insólitas y recorridos sinesperados. Nos permite comprender que, detrás de las decisiones profesionales, se mueven elecciones existenciales, que son el fundamento de las identidades profesionales y de lo que hace tan rica esta singular actividad.

Pero su mayor mérito es, sin duda, que nos dan ganas de ir a tomar una copa al bar, de conocer a sus dueños, de redescubrir las “historias de bar” y las corrientes de humanidad que perfuman el ambiente.


Vincent de Gaulejac Marzo 2010

« las mujeres de la buena leche »

La solidaridad en red 

Escrito por Josette Halegoi y Mabel Mesciany

Con la colaboración de Marcela de Grande

Fotos par Simine Fardjadi

Prefacio de Jean Philippe Bouilloud

Ediciones Indie Libros

Prefacio de Jean Philippe Bouilloud

La red de las manzaneras y comadres interesa al sociólogo en más de un aspecto, y el gran mérito del libro de Josette Halégoi y Mabel Meschiany es mostrarnos la complejidad de las trayectorias de estas mujeres singulares. De hecho, este movimiento representa, a nivel argentino, una de las muchas facetas de todos estos intentos de reinventar la vida social a través de iniciativas originales que vemos a distintos niveles en Europa, África y América del Norte y del Sur. Pero es interesante también porque ilustra una serie de trabajos actuales sobre el lugar que ocupan las mujeres dentro de esos movimientos y en la reorganización de lo político en sentido amplio.

Los distintos movimientos de protesta y de emancipación que vienen surgiendo en los países desarrollados desde hace más de diez años reflejan, al mismo tiempo, la insatisfacción de las poblaciones frente a los sistemas políticos y sociales actuales y la multiplicación de las iniciativas locales que aparecen, en formas alternativas, y que a veces se traducen en refundaciones políticas muy significativas. Ahora bien, a menudo esos movimientos se ven confrontados con una dificultad recurrente que, retomando la expresión que suele usar el sociólogo Otto Neurath, se formularía del siguiente modo: quienes trabajan en lo social son como marineros que deben reparar constantemente el barco mientras va navegando por el mar. Lo social no se detiene nunca, no puede ser llevado a “dique seco”, ser aislado del curso de los acontecimientos. Es decir que todas esas iniciativas de refundación de lo social siempre están confrontadas con la vida social cotidiana, con las políticas que se despliegan en función de las problemáticas del día a día, con los sobresaltos económicos, políticos y sociales que interfieren en el juego social y lo modifican. Así pues, la red de las manzaneras, creada en un principio por una toma de conciencia de los responsables políticos fue convirtiéndose, con el correr del tiempo, en una problemática central, objeto de luchas políticas a nivel local y nacional – y hay que aceptar que de cierto modo estos proyectos se ven obligados a evolucionar, pues el material mismo sobre el que se anclan, lo social, evoluciona por su parte constantemente.

La segunda característica interesante de esta red concierne el lugar de las mujeres en esa refundación de lo social. En la comedia Lisístrata, Aristófanes pone en escena a un grupo de mujeres de Atenas y de Lacedonia que, cansadas de la violencia de los hombres y de sus perpetuas guerras, hacen una “huelga de sexo” en sus hogares, instadas por la ateniense Lisístrata, y logran así que se firme un acuerdo de paz entre las dos ciudades y sus aliados. Ese texto del siglo V antes de Cristo, cómico y muy profundo a la vez como suelen ser las comedias de Aristófanes, muestra hasta qué punto puede ser importante el papel de las mujeres, a través de sus iniciativas, para resolver los problemas sociales y políticos de la polis,

Y opone claramente la posición pacífica, constructiva y positiva de las mujeres a la violencia destructora de los hombres. Cabe recordar aquí que en Francia, e imagino que en muchos otros países es igual, las mujeres representan apenas el 3,5% de la población carcelaria y los hombres el 96,5%, según las estadísticas recientes del Ministerio de Justicia… Considerando estas cifras y poniéndolas en perspectiva con otras estadísticas (como violencia conyugal, femicidios, etc.) no resulta vano hablar de violencia y de dominación masculina.

Pero el combate de Lisístrata también es político. Ella lucha también, y sobre todo, para que las mujeres sean escuchadas por los hombres en todo lo que respecta a la vida de la polis y que ya no sean confinadas al espacio exclusivo de la casa y de la familia. El siglo XXI está asistiendo al desarrollo, todavía insuficiente, del lugar de las mujeres en la política y en la vida social o económica, veinte siglos después de la obra de Aristófanes, y ahora resulta moneda corriente ver mujeres alcaldesas, ministras o jefas de gobierno. Pero todavía queda mucho por hacer para que sus voces sean oídas de igual modo que las de los hombres: ojalá este libro, escrito por dos mujeres que dan la palabra a esas mujeres manzaneras y comadres, pueda contribuir a hacer oír las voces de quienes reparan constantemente el “barco” de lo social.


Jean-Philippe Bouilloud (traducción de Marcela De Grande)

Desde las ventanas de la pandemia, nos encontramos frente a dos perspectivas: una es la de quienes pueden quedarse en casa, y la otra, la de aquellos a quienes la vida no les da (muchas veces nunca les dio) más opciones que la de sobrevivir. La experiencia del cambio en la vida humana sacó a la luz rupturas -algunas ya preexistentes- en la forma de estar en el mundo y, en este escenario, las ventanas se convierten en metáforas de un mundo en suspensión. Ventanas que se abren. Ventanas que se cierran. Ventanas virtuales. Ventanas reales. En los parapetos, los autores se preocuparon por las innegables consecuencias de la crisis en los distintos ámbitos: trabajo, educación, salud física y mental, seguridad, vida doméstica, religión, vulnerabilidad urbana, indígenas y presos. Este libro pretende descubrir realidades y perspectivas de diferentes matices, fundamentales para quienes se ven afectados por impactos y contingencias personales, sociales y políticas. Es una invitación a individuos y grupos a abrir sus puertas y dejar que las grietas revelen alternativas creativas, críticas, solidarias y democráticas que nos ayuden a afrontar los retos del mundo actual y del que está empezando a emerger.

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Janelas da Pandemia

Con Marcela de Grande

Participación en libros colectivos

Diccionario de Sociología Clinica

Articulo sobre « la recherche marketing »

investigación de mercado

Participación en libros colectivos